Título: Empezar de nuevo
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Género: Drama, Romance (Shounen-ai), Amistad, Universo Alterno...
Personajes: Hey!Say!BEST y, de momento, Chinen, Yuto & Yama-chan
Pareja(s): YabuHika (Yabu Kota & Yaotome Hikaru)
Tipo: Capitulado
Capítulo: 7a/?
Sumario: Hikaru y Yabu eran buenos amigos hasta que el primero cambió, se alejó de su mejor amigo y empezó a ignorarle. Ahora, después de seis años, han vuelto a juntarlos en la misma clase. ¿Volverán a hablarse? ¿Por qué Hikaru cambió de repente? ¿Se rendirá Yabu ante las negativas de este? y ¿Cuál es la razón por la que Inoo y Daiki están tan preocupados?
NA:Aquí está... perdón por la demora xS
NA2: No pude subirlo ayer porque a mi madre se le metió en la cabeza ir al cine y no tuve tiempo... lo siento ¬¬U
NA3: Puede que más tarde suba algo más... depende ^^
NA4: Necesito ayuda Ó.Ò necesito una idea para un cómic de 6 páginas... y no sé qué hacer... si alguien lee esto y tiene una idea corta o algo, por favor, ayudadme >___<
Estuvo pensando en todo lo que pudiera haber hecho que su mejor amigo se alejara de él, pero no encontró nada que le pareciera razón suficiente como para no volverse a hablar en años. Cuando se cansó de eso intentó hablando con Inoo y Daiki, pero le resultó, más difícil de lo que había creído, porque aquellos dos casi nunca se alejaban de Hikaru y sabía que volver a preguntarle a él resultaría aún peor que la primera vez.
Así que, cuando los vio solos caminando hacia la biblioteca después de clases, no se lo pensó dos veces y se les acercó con la intención de preguntarles si sabían el motivo de Hikaru. Pero lo que oyó le intrigó aún más de lo que a estaba y le hizo preocuparse por su ex-mejor amigo.
-¿Tú crees que esté bien?
-Esperemos que sí…
-Pero…
-Tenemos que ser positivos, Dai-chan… Si no nos tiene a nosotros, ¿en quién va a poder confiar?
-Es verdad… pero hacía mucho que no sacaba una nota así… Recuerdas lo que pasó la última vez, ¿verdad?
-Sí…
-No quiero que vuelva a pasarle lo mismo…
-¿Crees que yo sí? Tenemos que ser fuertes, Daiki…y la mejor manera es no pensar en ello…
-¡Ignorar el problema no lo elimina, Kei!
-Lo sé… pero evitará que nos deprimamos… Hikaru nos necesita.
Daiki asintió y ambos siguieron caminando, sin darse cuenta que Kota, que estaba detrás de ellos y lo había escuchado todo, había parado de caminar.
Yabu tardó un rato en reaccionar, perdido en las palabras de los mejores amigos de Hikaru. Ahora tenía más que claro que ellos sabían todo lo que hubiera podido hacer que el menor hiciera lo que hizo y la determinación de descubrirlo volvió a invadir su mente.
Cuando recorría el camino hacia su casa, después del entrenamiento con el equipo de fútbol del instituto, las palabras de aquellos dos volvieron a pasar por su cabeza y le hicieron recordar la reacción de Hikaru al recibir su examen hoy.
-Chicos -intentaba hacerles callar la profesora de matemáticas-, si no estáis en silencio no voy a repartir los exámenes…
Algunos de los alumnos enmudecieron ante aquel comentario y el ruido de fondo, formado por las voces de los demás, no tardó en disminuir hasta desaparecer.
-Bien, chicos… -siguió Tanaka-sensei, mientras repartía los exámenes-, esta vez el examen no ha ido tan bien como la pasada -cuando oyeron esto, más de la mitad de la case boqueó, el último examen sólo lo habían aprobado la mitad de la clase, si este había ido peor, no creían haber sacado buenas notas.
Yabu era de los que habían aprobado por los pelos en la prueba anterior pero no estaba prestando atención a su profesora, demasiado concentrado mirando a Hikaru y preguntándose qué había hecho que se separaran.
Cuando Tanaka le dejó el examen delante, sus ojos se abrieron como platos mientras contemplaba la nota que tenía delante, 6’2. Nunca había sacado una nota tan alta en un examen de mates pero no todos parecían haber tenido la misma suerte. Cuando levantó la vista, esperando encontrarse con un Hikaru satisfecho consigo mismo por haber sido de los que habían sacado una nota más alta de la clase, lo único que vio fue como los hombros del menor se derrumbaban y sus manos se tensaban y empezaban a temblar..
No pudo evitar preguntarse qué nota había sacado… Hasta llegó a preguntarse si había suspendido…
Tan pronto la clase acabó, Hikaru se apresuró a salir rápidamente del aula, seguido por Inoo y Daiki, y eso no hizo más que aumentar su preocupación.
Pero cuando Takaki le preguntó qué tal le había ido y le dijo que él había sacado un 4’3, esa preocupación se esfumó y fue remplazada por las risas de sus compañeros y las felicitaciones al saber que Yabu, uno de los suyos, había sacado más de un 6, cosa impensable para ninguno de ellos.
*****
“¿Tú crees que esté bien?”
“Es verdad… pero hacía mucho que no sacaba una nota así… Recuerdas lo que pasó la última vez, ¿verdad?”
“Hikaru nos necesita”
Yabu suspiró, las palabras de aquellos dos no habían hecho más que aumentar sus preguntas y ahora estaba aún más confuso que al principio.
¿Por qué estaban preocupados Inoo y Daiki? ¿Qué había pasado la última vez? ¿Tenía todo ese asunto algo que ver con la razón por la que Hikaru se alejó de él?
Estas preguntas y muchas más pasaban por su cabeza mientras caminaba hacia su casa y estuvo a punto de chocar con un chico que pasaba corriendo por su lado.
*****
El día siguiente, se fijó más de lo que solía en el que fue su mejor amigo y notó que estaba bastante más decaído de lo normal. A esas alturas, Kota ya había llegado a la conclusión de que algo debía de pasarle a Hikaru y, si las cosas eran como había supuesto la noche anterior, podría ser que ese algo fuera lo que hubiera hecho que el menor y él se distanciaran.
El día siguió normal, con la única diferencia de que Yabu estaba más atento que de costumbre, o eso les parecía a los profesores. En realidad, era verdad que prestaba mucha más atención que nunca antes, pero esa atención no iba dirigida a los profesores, sino a cierta persona cuyo nombre empezaba por H.
Kota no vio nada demasiado extraño en el comportamiento del menor hasta que llegó la hora de educación física, cuando todos tuvieron que salir del aula e ir a los vestidores para poder recibir la clase después. Entonces, Yabu advirtió que Hikaru cojeaba un poco. Iba a preguntarle qué le había pasado pero el profesor se le acercó y le dijo que tenía que hablar con él sobre el entrenamiento del día anterior y lo que iban a hacer el día siguiente, el capitán estaba enfermo y necesitaría la ayuda de alguien porque él, el entrenador, tampoco podría ir.
Cuando acabó de hablar con su entrenador, los demás ya estaban dando vueltas al patio y lo único que pudo hacer fue incorporarse a ellos, eso sí, sin perder al menor de vista durante toda la hora.
La clase terminó y los chicos tomaron rumbo a su vestidor entre exclamaciones y risas. Allí, la mayoría se cambió la camiseta y, los más rápidos, se ducharon. Fue entonces, cuando Hikaru se estaba cambiando, que Yabu descubrió unas marcas en su espalda.
“Parecen… moratones”, pensó, pero eso no podía ser, no le creía capaz de haberse metido en una pelea y, aunque sabía que era un poco patoso, no lo era tanto y las marcas eran demasiadas, entonces… ¿dónde podría haberse hecho esas heridas?
Decidió preguntarle más tarde, arriesgándose a volver a ver esos ojos tristes que le afectaron tanto el otro día.
*****
Cuando terminaron las clases, recogió sus cosas tan rápido como pudo y salió del aula casi antes que nadie, se apresuró a atravesar la puerta del instituto y esperó, dos cruces más adelante, en el camino que el menor utilizaba siempre para irse a casa, rezando para que ese día no fuera acompañado.
Cinco minutos más tarde, le vio acercarse, solo, y respiró hondo, mentalizándose para recibir esa mirada herida. Cuando el chico ya había pasado de largo, Kota empezó a caminar, siguiéndole, pero no se atrevió a detenerle.
Durante los diez minutos que duraba el trayecto hasta la casa de Hikaru, no se creyó capaz de parar al que fue su mejor amigo. Quedaban pocos metros cuando vio que el menor se paraba y giraba sobre sí mismo para quedar mirándole.
Hikaru no dijo nada, pero Yabu sabía que ese era el momento que había estado esperando.
-Hikaru… -empezó. Sabía que el menor no iba a escucharle durante mucho rato, por eso decidió ir directo al grano-. ¿Cómo te hiciste esos moratones?
El menor abrió mucho los ojos, pero, medio segundo después, adoptó un posado indiferente y contestó:
-¿De qué hablas?
-Hikaru… -repitió Kota, no pensaba que fuera a negarle una respuesta a esa pregunta también por lo que esa situación empezaba a frustrarle, más después de ver su reacción ante la interrogación-. Los he visto -replicó, un poco más duramente de lo que pretendía.
Pero el menor seguía haciéndose el tonto a la vez que intentaba escaparse de allí, por lo que Yabu se le acercó y le cogió del brazo, tal y como lo había hecho el último día que hablaron como mejores amigos.
-¿Por qué no puedes contármelo? -le cuestionó, la pena claramente reconocible en sus ojos y voz.
Las orbes del otro empezaron a humedecerse y él le soltó, otra vez cautivado por esos ojos llenos de lágrimas.
Había hecho todo eso para obtener una respuesta y, sin embargo, no sólo no había conseguido ninguna, sino que, además, había hecho llorar al menor.
Por un impulso, le abrazó, y sintió como sus hombros temblaban a la vez que el más bajito intentaba no derramar más lágrimas.
Segundos después, se separó de él, con la intención de pedirle disculpas, pero volvió a quedar atrapado por la mirada del que era, antes, su mejor amigo, y experimentó el mismo magnetismo que cuando estuvieron encerrados en el armario.
Cerró los ojos justo antes de que los labios de ambos se tocaran y, esa vez sí, intentó disfrutar al máximo de la sensación electrizante que le brindaba el contacto.
El beso fue húmedo, por las lágrimas, y triste, por la situación en la que habían estado hasta entonces, pero nunca en la vida Yabu había disfrutado más con algo como lo hizo con esa caricia.
Y, hasta que no se separaron y el menor, después de un par de segundos, entró en su casa, no se acordó de por qué le había seguido hasta allí en primer lugar y, cuando lo hizo, no pudo evitar golpearse la frente por haber dejado escapar las respuestas junto al chico que, ahora se daba cuenta, cada vez ocupaba una parte más importante en su mundo.
Así que, cuando los vio solos caminando hacia la biblioteca después de clases, no se lo pensó dos veces y se les acercó con la intención de preguntarles si sabían el motivo de Hikaru. Pero lo que oyó le intrigó aún más de lo que a estaba y le hizo preocuparse por su ex-mejor amigo.
-¿Tú crees que esté bien?
-Esperemos que sí…
-Pero…
-Tenemos que ser positivos, Dai-chan… Si no nos tiene a nosotros, ¿en quién va a poder confiar?
-Es verdad… pero hacía mucho que no sacaba una nota así… Recuerdas lo que pasó la última vez, ¿verdad?
-Sí…
-No quiero que vuelva a pasarle lo mismo…
-¿Crees que yo sí? Tenemos que ser fuertes, Daiki…y la mejor manera es no pensar en ello…
-¡Ignorar el problema no lo elimina, Kei!
-Lo sé… pero evitará que nos deprimamos… Hikaru nos necesita.
Daiki asintió y ambos siguieron caminando, sin darse cuenta que Kota, que estaba detrás de ellos y lo había escuchado todo, había parado de caminar.
Yabu tardó un rato en reaccionar, perdido en las palabras de los mejores amigos de Hikaru. Ahora tenía más que claro que ellos sabían todo lo que hubiera podido hacer que el menor hiciera lo que hizo y la determinación de descubrirlo volvió a invadir su mente.
Cuando recorría el camino hacia su casa, después del entrenamiento con el equipo de fútbol del instituto, las palabras de aquellos dos volvieron a pasar por su cabeza y le hicieron recordar la reacción de Hikaru al recibir su examen hoy.
-Chicos -intentaba hacerles callar la profesora de matemáticas-, si no estáis en silencio no voy a repartir los exámenes…
Algunos de los alumnos enmudecieron ante aquel comentario y el ruido de fondo, formado por las voces de los demás, no tardó en disminuir hasta desaparecer.
-Bien, chicos… -siguió Tanaka-sensei, mientras repartía los exámenes-, esta vez el examen no ha ido tan bien como la pasada -cuando oyeron esto, más de la mitad de la case boqueó, el último examen sólo lo habían aprobado la mitad de la clase, si este había ido peor, no creían haber sacado buenas notas.
Yabu era de los que habían aprobado por los pelos en la prueba anterior pero no estaba prestando atención a su profesora, demasiado concentrado mirando a Hikaru y preguntándose qué había hecho que se separaran.
Cuando Tanaka le dejó el examen delante, sus ojos se abrieron como platos mientras contemplaba la nota que tenía delante, 6’2. Nunca había sacado una nota tan alta en un examen de mates pero no todos parecían haber tenido la misma suerte. Cuando levantó la vista, esperando encontrarse con un Hikaru satisfecho consigo mismo por haber sido de los que habían sacado una nota más alta de la clase, lo único que vio fue como los hombros del menor se derrumbaban y sus manos se tensaban y empezaban a temblar..
No pudo evitar preguntarse qué nota había sacado… Hasta llegó a preguntarse si había suspendido…
Tan pronto la clase acabó, Hikaru se apresuró a salir rápidamente del aula, seguido por Inoo y Daiki, y eso no hizo más que aumentar su preocupación.
Pero cuando Takaki le preguntó qué tal le había ido y le dijo que él había sacado un 4’3, esa preocupación se esfumó y fue remplazada por las risas de sus compañeros y las felicitaciones al saber que Yabu, uno de los suyos, había sacado más de un 6, cosa impensable para ninguno de ellos.
*****
“¿Tú crees que esté bien?”
“Es verdad… pero hacía mucho que no sacaba una nota así… Recuerdas lo que pasó la última vez, ¿verdad?”
“Hikaru nos necesita”
Yabu suspiró, las palabras de aquellos dos no habían hecho más que aumentar sus preguntas y ahora estaba aún más confuso que al principio.
¿Por qué estaban preocupados Inoo y Daiki? ¿Qué había pasado la última vez? ¿Tenía todo ese asunto algo que ver con la razón por la que Hikaru se alejó de él?
Estas preguntas y muchas más pasaban por su cabeza mientras caminaba hacia su casa y estuvo a punto de chocar con un chico que pasaba corriendo por su lado.
*****
El día siguiente, se fijó más de lo que solía en el que fue su mejor amigo y notó que estaba bastante más decaído de lo normal. A esas alturas, Kota ya había llegado a la conclusión de que algo debía de pasarle a Hikaru y, si las cosas eran como había supuesto la noche anterior, podría ser que ese algo fuera lo que hubiera hecho que el menor y él se distanciaran.
El día siguió normal, con la única diferencia de que Yabu estaba más atento que de costumbre, o eso les parecía a los profesores. En realidad, era verdad que prestaba mucha más atención que nunca antes, pero esa atención no iba dirigida a los profesores, sino a cierta persona cuyo nombre empezaba por H.
Kota no vio nada demasiado extraño en el comportamiento del menor hasta que llegó la hora de educación física, cuando todos tuvieron que salir del aula e ir a los vestidores para poder recibir la clase después. Entonces, Yabu advirtió que Hikaru cojeaba un poco. Iba a preguntarle qué le había pasado pero el profesor se le acercó y le dijo que tenía que hablar con él sobre el entrenamiento del día anterior y lo que iban a hacer el día siguiente, el capitán estaba enfermo y necesitaría la ayuda de alguien porque él, el entrenador, tampoco podría ir.
Cuando acabó de hablar con su entrenador, los demás ya estaban dando vueltas al patio y lo único que pudo hacer fue incorporarse a ellos, eso sí, sin perder al menor de vista durante toda la hora.
La clase terminó y los chicos tomaron rumbo a su vestidor entre exclamaciones y risas. Allí, la mayoría se cambió la camiseta y, los más rápidos, se ducharon. Fue entonces, cuando Hikaru se estaba cambiando, que Yabu descubrió unas marcas en su espalda.
“Parecen… moratones”, pensó, pero eso no podía ser, no le creía capaz de haberse metido en una pelea y, aunque sabía que era un poco patoso, no lo era tanto y las marcas eran demasiadas, entonces… ¿dónde podría haberse hecho esas heridas?
Decidió preguntarle más tarde, arriesgándose a volver a ver esos ojos tristes que le afectaron tanto el otro día.
*****
Cuando terminaron las clases, recogió sus cosas tan rápido como pudo y salió del aula casi antes que nadie, se apresuró a atravesar la puerta del instituto y esperó, dos cruces más adelante, en el camino que el menor utilizaba siempre para irse a casa, rezando para que ese día no fuera acompañado.
Cinco minutos más tarde, le vio acercarse, solo, y respiró hondo, mentalizándose para recibir esa mirada herida. Cuando el chico ya había pasado de largo, Kota empezó a caminar, siguiéndole, pero no se atrevió a detenerle.
Durante los diez minutos que duraba el trayecto hasta la casa de Hikaru, no se creyó capaz de parar al que fue su mejor amigo. Quedaban pocos metros cuando vio que el menor se paraba y giraba sobre sí mismo para quedar mirándole.
Hikaru no dijo nada, pero Yabu sabía que ese era el momento que había estado esperando.
-Hikaru… -empezó. Sabía que el menor no iba a escucharle durante mucho rato, por eso decidió ir directo al grano-. ¿Cómo te hiciste esos moratones?
El menor abrió mucho los ojos, pero, medio segundo después, adoptó un posado indiferente y contestó:
-¿De qué hablas?
-Hikaru… -repitió Kota, no pensaba que fuera a negarle una respuesta a esa pregunta también por lo que esa situación empezaba a frustrarle, más después de ver su reacción ante la interrogación-. Los he visto -replicó, un poco más duramente de lo que pretendía.
Pero el menor seguía haciéndose el tonto a la vez que intentaba escaparse de allí, por lo que Yabu se le acercó y le cogió del brazo, tal y como lo había hecho el último día que hablaron como mejores amigos.
-¿Por qué no puedes contármelo? -le cuestionó, la pena claramente reconocible en sus ojos y voz.
Las orbes del otro empezaron a humedecerse y él le soltó, otra vez cautivado por esos ojos llenos de lágrimas.
Había hecho todo eso para obtener una respuesta y, sin embargo, no sólo no había conseguido ninguna, sino que, además, había hecho llorar al menor.
Por un impulso, le abrazó, y sintió como sus hombros temblaban a la vez que el más bajito intentaba no derramar más lágrimas.
Segundos después, se separó de él, con la intención de pedirle disculpas, pero volvió a quedar atrapado por la mirada del que era, antes, su mejor amigo, y experimentó el mismo magnetismo que cuando estuvieron encerrados en el armario.
Cerró los ojos justo antes de que los labios de ambos se tocaran y, esa vez sí, intentó disfrutar al máximo de la sensación electrizante que le brindaba el contacto.
El beso fue húmedo, por las lágrimas, y triste, por la situación en la que habían estado hasta entonces, pero nunca en la vida Yabu había disfrutado más con algo como lo hizo con esa caricia.
Y, hasta que no se separaron y el menor, después de un par de segundos, entró en su casa, no se acordó de por qué le había seguido hasta allí en primer lugar y, cuando lo hizo, no pudo evitar golpearse la frente por haber dejado escapar las respuestas junto al chico que, ahora se daba cuenta, cada vez ocupaba una parte más importante en su mundo.
noooooooooooooooooooo por favor no no nonononono
ResponEliminaNoooooo Onegaiiiiiiiii no nooooooooo por favor no me digas k su padre pegó a hikaru nooooooooooooooooooooooooooooooo
TT//////////////TT
Hika-chan...noooooooooooooo neeee mari-chan noooooo k no le haga daño a hikaruuuuuuuu onegaiiiiiii noooo snifff....Morire de penaaaa!!!!
Gomen-ne realmente me amo este fick pero me duele el corazon al leerlo, cuando lei lo de k cogeaba mi corazon se ha encogido y cuando los moratones acabe llorando! Noooo onegaaaaiiiii sniiifffff a mi amado hika noooo sniiffff
Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento.... T___T
ResponEliminaResiste Ushio!! Si mueres, moriré contigo (pobre Hika T___T) y n podré terminar el fic! TT____TT
Siento que sea así, pero esa era la idea desde el principio ;o;
yo si supe desde el inicio d ela violencia del padre y me da tanta pena T_T
ResponEliminaasdasdasd Hika T_T
y ese beso fue hermoso T_T
Mari-san eres increible!
amé este capítulo ;O;
necesito leer el otro T_T
por ke su papa le pegua
ResponEliminaapuesto que saca mejores calificaciones que yo
y aun asi no esta conforme ke poca
y Yabu al fin lo besa ke bonito :)
espero con ansias el siguiente
No mari-chan no no no!!! Gomen, no te sientas mal sniff solo me dolio TTwTT
ResponEliminaDemo me encanta si no continuas si moriria!!
I'm your fan number 1!!
Siguee ne? ^o^
Gomen-ne