diumenge, 30 de gener del 2011

Hazel eyes

Título: Hazel eyes
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Pareja: YabuHika
Género: UA, Romance, Aventuras (nunca antes había escrito algo así, por lo que no sé muy bien como ha quedado)
Tipo: One-shot
Palabras: 1713
Sumario: Ha pasado mucho tiempo desde que la guerra empezó y ambos reyes, cansados de ella, deciden hacer un pacto. Van a casar al príncipe de un reino con la princesa del otro. Pero las cosas no van siempre de acuerdo a los planes.
Advertencias: Muerte de un personaje (de 3, pero el importante es uno)
NA: No tengo tiempo para nada, estoy sumergida en exámenes (otra vez), pero he conseguido escribir esto por el cumple de Yabu ^^ Espero que os guste~
NA2: Inoo y Chinen son chicas aquí (aunque solo salen en una escena)...
NA3: Es la primera vez que escribo algo así, me gustaría que comentarais para saber como ha quedado n.n



No quedaba mucho, todo el reino lo sabía, por eso, el rey tenía que hacer todo lo posible para que su hijo sentara la cabeza y empezara a comportarse como el príncipe heredero que era, y si para eso tenía que forzarle a casarse, lo haría sin dudarlo ni un instante. Bien sabía lo que sentía su hijo por aquél bufón, pero cuanto antes entendiera que no se podía jugar con la situación del reino, antes podría él descansar en paz. La familia real necesitaba un heredero, y lo necesitaba ya.




-¡Ni hablar! –gritó el chico cuando su padre le dijo con quien tendría que verse el día siguiente-. ¡No voy a hacerlo!
-Escúchame, pequeño insolente, tienes quince años ya, eres lo suficientemente mayor como para empezar a cuidarte de las cosas del reino. No se trata de lo que quieres hacer, debes hacerlo.
-¡Ni hablar! –repitió el heredero saliendo de la sala, dejando a un muy desconcertado sirviente suyo y a un rey más bien descompuesto dentro de ella.
-L-lo siento, majestad –murmuró el otro chico antes de salir apresuradamente de allí-. C-con permiso…
El rey suspiró. Puede que su hijo fuera el único que no supiera que él iba a irse pronto. Pero era su deber hacer lo que le decían sus mayores. Ya tendría tiempo para cumplir con sus caprichos una vez todo hubiera acabado y él hubiera sido nombrado rey, aunque nadie hubiese esperado que fuera tan pronto.




Ni siquiera sabía como había conseguido Hikaru que se encontrara allí ahora, tomando el té y una merienda con la princesa del reino vecino. Acompañándola a ella estaban un soldado joven y su hermana menor, al lado de él, su Hi… ejem, su mejor amigo y sirviente, Hikaru.
La charla no era del todo desagradable pero había algo en la chica que le hacía imposible pensar en ella como en la persona que debería darle un hijo en el futuro. Quizá fuera su complexión, demasiado fina, quizá la ausencia de sentido del humor, quizá la falta de esa sonrisa dulce a la que estaba acostumbrado, o quizá el vacío que una amabilidad conocida solía llenar gratuitamente.
-Hikaru –murmuró, de pronto, el chico, cortando el monólogo grotescamente superficial que había estado soltando la mayor de las muchachas hasta entonces-, no puedo hacer esto…
-¿Señor? –preguntó el sirviente, confundido, pero el príncipe no le hizo caso y se dirigió esta vez a su prometida.
-Lo siento, princesa Keiko, pero no creo que sea usted la persona adecuada para mí. Le pido perdón humildemente por haberle hecho perder el tiempo. Si me disculpa…
-¡¿Significa eso que servidora no es lo suficientemente buena para vos?! –exclamó la susodicha princesa, levantándose del sillón donde estaba sentada y con cara de enfadada, claramente en el principio de una rabieta, eso no hizo más que reforzar la decisión del príncipe de no ceder a los mandatos de su padre y casarse con ella.
-No es eso lo que quise decir, noble dama, pero, si me permite decírselo su reacción no ha hecho más que hacerme ver que se parece usted demasiado a todas las… mujeres de por aquí, y eso no le ha favorecido en mi elección.
-¡Suficiente, caballero! –bufó la chica, golpeando el suelo con uno de sus pies-. ¡Yuri, Keito, nos vamos! –ordenó inmediatamente después, caminando rápidamente hacia la puerta.
-Mis disculpas… -escuchó el príncipe a su sirviente decirles a los dos acompañantes de su recién ya no prometida a sus espaldas.




El rey suspiró cuando el chico le informó de lo que había pasado, no había esperado que su hijo aceptara casarse sin más, pero tampoco que se negara tan rotundamente.
Tendría que empezar los preparativos para cuando llegara la hora.
Roto el pacto, no les quedaba más que seguir luchando.




¿Por qué nadie se lo había dicho? Todos lo sabían, incluido Hikaru, todos menos él. ¿Por qué nadie se había dignado a decirle que su padre se estaba muriendo? Aunque ahora poco importaba ya… el rey ya no estaba.
Sentado delante de la gran hoguera en la que ardía el cuerpo del antiguo monarca, al lado de su madre y con los ojos clavados en el fuego, el chico se preguntaba por qué. Al tiempo que el sacerdote empezaba a predicar sus bendiciones y su madre dejaba caer una única lágrima, se decidió; esa misma noche iba a preguntárselo a Hikaru, y este no tendría más opción que responderle.




-L-lo siento, señor… -intentó disculparse el chico. Nunca había querido ocultárselo pero el difunto monarca le había hecho prometer que lo haría.
-¿Por qué lo hiciste, Hikaru? –repitió el mayor de los dos, aunque con una voz mucho más fría que la primera vez, pasada de la ira del momento. ¿Era eso lo que hacía la muerte? Empezaba a entender a su padre.
Incapaz de aguantar la mirada de hielo que su señor le dirigía, Hikaru perdió la poca decisión que le quedaba y se lo contó todo. Desde la situación delicada entre su reino y el vecino, hasta el pacto de casar a los dos herederos para poner fin a la guerra.




Nunca había esperado ser coronado rey tan pronto. De hecho, ni siquiera se había imaginado siéndolo, no le tocaba a él, en un principio, pero una serie de desgraciados incidentes les habían llegado donde estaban ahora y, en aquel instante, el reino necesitaba un gobernante.
Con el peligro inminente de ser atacados por el reino vecino (la existencia del cual él ni siquiera se había planteado hasta que estuvo prometido con una de sus princesas) y arrepintiéndose de no haber prestado atención cuando Yokoyama intentaba explicarle lo esencial para gobernar y Ninomiya le instruía en el arte de la guerra, encontrando mucho más entretenidos los malabares que Hikaru practicaba en su tiempo libre, el príncipe heredero se dirigió hacia el trono para sentarse en él por primera vez.
Poco después, el mismo sacerdote que había cantado por la muerte de su padre cantaría por su nacimiento como rey, ante los ojos expectantes de todos los miembros de la corte y de la reina.




-No creo que pueda, Hikaru…
-Sí que puede, majestad, sabe como hacerlo, sólo tiene que recordarlo.
El nuevo rey no estaba preparado para la guerra. Nunca había necesitado estarlo y ahora lo único que podía pensar era que su hermano Jin hubiera sabido exactamente qué hacer.
-Yo voy a estar allí, si le sirve de consuelo, majestad, aunque no sé de qué puede servirle un bufón debilucho como servidor es.




-Vuelva, majestad. Usted y Shintaro vayan por ese paso por las montañas del que nos ha hablado Kato-san y vuelvan al castillo –dijo el bufón, intentando hacer entrar en razón a su rey.
-Ni hablar, no voy a dejarte aquí, Hikaru.
-Majestad…
-No voy a hacerlo, Hikaru.
-Señor, debe vol…
-¡No! –el rey seguía negándose a la salida que le estaba ofreciendo el menor, la única que en realidad tenía, quería creer que, si podían aguantar un poco más, si eran capaces de resistir un último golpe, los refuerzos llegarían y podrían vencer a sus enemigos.
-¡Kota! –exclamó Hikaru, utilizando el nombre de su señor por primera vez, pese a que no habían sido pocas las ocasiones en las que este le había pedido que lo hiciera. El solo hecho de oír su nombre hizo que el mayor abriera los ojos y descubriera que esa era la única salida, tanto para él como para el niño, pese a lo que él quisiera creer-. Ve y vuelve a casa. El reino necesita un rey. Ryutaro y yo nos ocuparemos de que no os sigan. Ve.
Fue entonces cuando habló el muchacho recién nombrado, que había estado callado desde que se separaron del ejército principal.
-Cuida de mamá, Shin –fueron las palabras que dijo, ante lo cual el pequeñó asintió con lágrimas en los ojos, intentando no llorar para que su hermano mayor se sintiera orgulloso de él.
-Vamos, pequeño –murmuró el rey, colocando una mano en el hombro del menor con un gesto amable de consuelo. Ambos dejaban a una persona muy importante para ellos allí y, tal y como Hikaru le había hecho ver, eso era lo que tenía que hacer.




Se habían parado en el lugar donde empezaba el camino y, contra todo lo aconsejable, habían mirado atrás. Aunque estuvieran seguros entre los árboles, no tenían tiempo que perder, pero Kota creía que eso era lo mínimo que podía hacer por su bufón, despedirle de frente.
Desde donde estaban podían ver la lucha desarrollándose en el lugar que acababan de dejar, los cinco hombres que habían llegado allí segundos después de que ellos se fueran batiéndose con quienes les habían salvado la vida, también podían oír las exclamaciones y el ruido de metal contra metal.
Cuando los sonidos producidos por la batalla dejaron de llegar a sus oídos, ambos chicos dieron la vuelta y emprendieron la marcha hacia el castillo-
No mucho después un nuevo sonido inundó su viaje, sollozos, y, después de comprobar que provenían del menor, el rey se sorprendió a sí mismo derramando tímidas lágrimas también.




Se subió la cremallera de la chaqueta a la vez que intentaba no chocar con nadie, pensando en ese sueño tan extraño que había tenido la noche anterior.
Todas esas escenas se repetían en su cabeza y cada vez que recordaba la última lucha, había algo en su pecho que se rompía. Después de esas primeras lágrimas, el rey, que era sospechosamente idéntico a él mismo, había hecho lo que debía y hasta que él no hubo vuelto al castillo y su reino no hubo ganado la guerra no se permitió llorar por su amigo perdido.
¿Se lo parecía a él o cada vez había más gente? Abriéndose paso entre la multitud, llegó al centro de atención de todos y se quedó petrificado al ver lo que había causado tal conmoción.
Sentado en el suelo y con una guitarra en las manos, esparciendo una dulce melodía, estaba un chico al que no había visto nunca. Un chico que, sin embargo, le resultaba dolorosamente familiar. Y cuando éste levantó la vista y sus ojos se encontraron, la música paró y el mayor no pudo evitar pronunciar el nombre que se había alojado en su garganta desde que llegó allí.
-Hikaru…

dissabte, 22 de gener del 2011

Marry Me...?

Título: Marry me...?
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Pareja: YabuHika
Género: UA, Romance, Fluff
Tipo: One-shot
Palabras: 1294 (sin contar la canción)
Sumario: Hikaru ha sido llamado para asistir a un programa de televisión. Sin saber cómo ni por qué, se encontrará con una de las sorpresas más románticas jamás vistas en antena. Sólo esperemos que diga que sí.
Pedido por: Flanii (espero no decepcionarte con este fic *reverencia* u//////u)
NA: Por si os interesa... la canción es I do - Westlife  Podéis (no, tenéis que) escucharla mientras leéis el fic... es muy bonita ^^
NA2: El segundo... quedan 4!!! (más... porque Arumi pidió más de uno ¬¬U (-^^) No te enfades, Aru, pero puede que te haga esperar un poco más que a las demás u.uU  voy a escribirlos, seguro, sólo que no sé cuando n.nU)



-Alguien te ha llevado aquí para decirte algo –le dijeron, pero en ningún momento sospechó la que se le venía encima.
Una semana antes, había recibido una llamada de ese programa (uno de ‘solución de problemas’ de esos sensacionalistas) en que le informaron de que alguien le había ‘llamado’ para ese día y le preguntaron si podría ir.
El chico se quedó sorprendido, no sabía quien podría querer llevarle allí para hablar con él, como no fuera esa chica de su clase en el instituto a la que había dejado exigiendo explicaciones. Ella le había engañado varias veces antes de eso y, cuando se había presentado la ocasión y él se había vuelto a enamorar, esta vez de un chico, no se lo había pensado dos veces y había roto la relación sin explicar mucho el por qué.
Había pensado en su hermano, con quien hacía más de seis meses que no hablaba porque el otro había descubierto con quien salía, pero lo había descartado porque no había nada que su hermano odiara más que llamar la atención.
Aun y pensar mucho en ello, se había quedado sin sospechosos y, cuando hicieron que entrara al plató, se puso más nervioso de lo que hubiera podido esperar.
Después de hablar con la presentadora durante un rato (ella le hacía preguntas y él respondía lo mejor que podía, cosa nada fácil ya que se sentía como un idiota ante todas esas cámaras), el chico, por fin, iba a saber quién le había llevado allí.
Las luces del plató disminuyeron y expectación aumentó. El público sabía quién iba a entrar y qué iba a decir, pero la respuesta de él aún podía cambiar mucho el resultado de todo eso, por lo que, cuando una suave música empezó a sonar, invadiendo el plató, todos los presentes contuvieron la respiración, algunos sin siquiera darse cuenta.
Pronto, una suave voz acarició sus oídos, una voz que Hikaru reconoció rápidamente, la voz que había estado susurrándole infinitas veces ‘buenas noches’ y ‘te amo’ antes de colgar el teléfono e irse a dormir la noche anterior.

Tell me can you feel my heart beat
(Dime, ¿puedes sentir mi corazón?)
Tell me as I kneel down at your feet
(Dímelo, ahora que me arrodillo ante ti)
I knew there would come a time
(Sabía que llegaría un día)
When these two hearts would entwine
(en que nuestros corazones se juntarían)
Just put your hand in mine
(Sólo tómame de la mano)
Forever
(Para siempre)

Un foco se encendió justo encima de donde se encontraba el chico que cantaba, no muy lejos de una de las entradas que daban al escenario, y Hikaru vio confirmado su presentimiento.
Quien se encontraba allí, cantando para él, era su novio, Yabu Kota.

For so long I have been an island
(Durante mucho tiempo he sido una isla)
When no-one could ever reach these shores
(Nadie podía llegar a mis orillas)
And we've got a whole lifetime to share
(Tenemos una vida entera para compartir)
And I'll always be there
(Siempre voy a estar aquí)
Darling, this I swear
(Amor, te lo juro)

La suave voz continuó con la canción, recordándole a Hikaru los buenos momentos que ambos habían compartido. Las memorias donde se había apoyado en uno al otro.
Los días en que el mayor no era más que un autista para todo el mundo, los minutos interminables haciendo el trabajo de ciencias por el cual se conocieron, las horas que pasaron hablando por teléfono cuando Kota se fue a la universidad y los mil y un instantes que compartieron con sus amigos y sus autoproclamados ‘hijos’ cruzaron la mente del menor en un segundo y este sintió la emoción embargarle.

So please believe me
(Por favour, créeme)
For these words I say are true
(Estas palabras que digo son verdad)
And don't deny me
(Y no me niegues)
A lifetime loving you
(una vida amándote)
And if you ask will I be true
(Si preguntas si voy a serte sincero)
Do I give my all to you
(darte todo mi ser)
I will say I do
(te contestaré: Sí, quiero)


Múltiples promesas de estar juntos hasta el fin de sus días, si no del mundo, e incluso después despertaron en los recuerdos de Hikaru, provocándole una suave sensación de ronroneo en el estómago y haciendo temblar sus manos.
Por la temperatura que sentía en sus mejillas, el chico estaba seguro que se había sonrojado, más que nunca antes, y eso no hacía más que ponerle aún más nervioso.


I'm ready to begin this journey
(Estoy preparado para empezar este viaje)
Well I'm with you with every step you take
(estaré a tu lado en cada paso que des)
And we've got a whole lifetime to share
(Tenemos una vida entera para compartir)
And I'll always be there
(Siempre voy a estar aquí)
Darling, this I swear
(Amor, te lo juro)


La presentadora sonrió, el programa estaba resultando un éxito: el público estaba encantado con la actuación y el chico parecía a punto de estallar de la vergüenza… Hacía mucho que no veía nada así. Y que, además, la escena tuviera un romanticismo casi imposible de superar por los efectos que el iluminador estaba proporcionando, provocaba en su corazón, y estaba segura que en el de todos los que vieran la escena cuando el programa se emitiera, una tibia emoción que no se podía describir con las palabras… algo demasiado profundo como para expresarlo con sílabas e imágenes… amor.


So please believe me
(Por favour, créeme)
For these words I say are true
(Estas palabras que digo son verdad)
And don't deny me
(Y no me niegues)
A lifetime loving you
(una vida amándote)
And if you ask will I be true
(Si preguntas si voy a serte sincero)
Do I give my all to you
(darte todo mi ser)
I will say I do
(voy a decirte que sí)


Otro foco se encendió encima del chico al que iba dedicado todo ese montaje y Hikaru sintió todos los ojos posarse en él cuando su novio alargó la mano, se acercó unos cuantos pasos y cantó, casi susurrando, la siguiente parte de la canción.


So come on
(Vamos...)
Just take my hand
(Dame la mano)
Oh come on
(oh, vamos...)
Let’s make a stand for our love
(construyamos un refugio para nuestro amor)
But I know this is so hard to believe
(Aunque sé que esto es difícil de creer)
So please
(Por favor…)


Un par de ojos marrones se humedecieron y a su propietario, de pronto, esa mano le apareció muy tentadora… tan cerca… pero no se atrevió a moverse, demasiado sumido en sus emociones como para llevar a su cuerpo a responder a sus órdenes.


So please believe me
(Por favour, créeme)
For these words I say are true
(Estas palabras que digo son verdad)
And don't deny me
(Y no me niegues)
A lifetime loving you
(una vida amándote)
And if you ask will I be true
(Si preguntas si voy a serte sincero)
Do I give my all to you
(darte todo mi ser)
Then I will say I do
(voy a decirte que sí)

Kota se acercó aún más, sin bajar la mano en ningún momento y sonriendo dulcemente, fijando, por primera vez en todo el programa, sus ojos en su otra mitad.
Sólo un par de pasos les separaban y el menor, medio-instigado por la persona sentada a su lado, se levantó, dejando que el magnetismo que le unía a su pareja perfecta le arrastrara los pocos centímetros que les mantenían alejados.


And if you ask will I be true
(Si preguntas si voy a serte sincero)
Do I give my all to you
(darte todo mi ser)


Palmas tocándose, dedos entrelazados y un ‘oh~’ general proveniente de los demás presentes fueron lo que acogió al último verso de la canción.


Then I will say I do
(voy a decirte que sí)


Las luces aumentaron lenta y gradualmente hasta alcanzar su potencia original, las últimas notas de la melodía flotaron en el aire durante unos segundos y nadie se atrevió a decir nada, temiendo romper la magia creada en esos cuatro minutos.
-Hikaru… -rompió el silencio el mayor de los protagonistas de la escena, sin apartar sus ojos de los del otro-. Sabes que te amo, ¿verdad? Cuando pasó eso -el semblante de ambos se torció un instante, un amigo había muerto y Hikaru había acabado ingresado en el hospital durante más de tres meses por culpa suya- me pregunté si de verdad quería perderte así y me di cuenta que no podría vivir si no te despertabas y… y llegué a la conclusión de que la única… la única manera de protegerte y compensarte lo que te hice pasar… era pasando el resto de mi vida contigo… Desde entonces que vengo preparándome para esto… no sabía como hacerlo pero… Ya sabes como es Yuya… me dio la idea de hacerlo así y… siento no haber podido hacer nada más romántico y… -una fugaz sonrisa apareció en sus labios mientras decía eso- estoy seguro que estoy quedando como un idiota delante de todo Japón pero… -un suave apretón en la mano que no se había separado de la suya pese a haber acabado ya casi con el espectáculo y las palabras que pondrían fin a todo eso-… sólo me queda decirte… Marry me…?
Un casi imperceptible asentimiento con la cabeza y un tierno abrazo pusieron fin a su parte en el programa y ambos se sentaron en el sofá donde había estado antes el menor, esperando que este terminara.


Kota cerró los ojos, disfrutando de la sensación que provocaba la cabeza de Hikaru apoyada en su hombro, y apretó el agarre a la mano del menor, contento de haber conseguido la respuesta que esperaba.
-Ko-chan… -murmuró el menor, levantando la voz justo hasta que se escuchó sobre el rumor del motor del taxi que los llevaba a casa-. Antes no me he fijado demasiado pero, pensando en ello, me ha venido una pregunta a la cabeza… ¿Puedo?
-Adelante -dijo el mayor, moviendo la cabeza para poder ver la cara de su estrella particular.
-¿Dónde has aprendido a pronunciar tan bien en inglés?
El mayor rió suavemente y negó con la cabeza. Preguntar cosas nada relacionadas con el tema en momentos como ese, típico de Hikaru.
-No te rías -le reprendió el menor, girando su cabeza también para poder ver la expresión de su novio-. La semana pasada fuimos al karaoke y tu inglés era más japonés que otra cosa, no…
Pero su queja fue interrumpida por unos labios sobre los suyos y un ‘Keito’ ahogado entre sus suspiros de satisfacción.

NA: Si tenéis curiosidad de donde saqué la idea para este, aquí va: Estaba mirando un vídeo en Youtube y se me apareció uno de 'El diario de Patricia' donde decía algo de embarazada por algo de un váter y lo miré por curiosidad y de allí salió la idea... el tío se confesaba con una canción pero ella no estaba ni embarazada ni nada, al final. ¬¬|||||

dijous, 6 de gener del 2011

Feliz Navidad

Título: Feliz Navidad
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Pareja: Yamajima
Género: Fluff, (UA)
Tipo: One-shot
Palabras: 936
Sumario: La tan esperada cita ha llegado... aunque resultará más accidentada de lo planeado.
NA: Es la continuación de My Sweet Rudolph, aunque creo que no hace falta leer el otro para entenderlo, el principio queda mucho más ligado si se hace ^^
NA2: Tercer y último regalo de Reyes ^^ (no creo que acabe ninguno más hoy n.nU)


Unas cinco horas más tarde, los chicos acababan su trabajo y volvían al vestuario de los empleados del centro comercial.
- Ah~ estoy harto de todos esos niños…
- No te quejes, Chii, que a ti no te han subido encima como si fueras un caballito.
Recordando como su ‘reno’ había tenido que aguantar a un montón de chiquillos tratándole como si fuera un juguete, una suave risa escapó de los labios de Yuto, quien fue rápidamente amonestado por Keito porque sabía que cuando Yama-chan se enfadaba podía llegar a ser peor que su profesor de mates (y ese no tenía muchos seguidores en el instituto al que iban).
Los chicos se cambiaron y, mientras, se dedicaron a hacerse bromas entre ellos y a los demás (aunque no tantas, se acababan de conocer, al fin y al cabo). Cuando se dieron cuenta, ellos cuatro eran los únicos en el vestuario.
Keito miró su reloj y, alarmado por la hora que era, se despidió de los otros diciendo que tenía que pasar a recoger el regalo que su padre había encargado en una tienda para su abuela y que pronto iban a cerrar.
Tan pronto el chico dijo eso, Chinen se acordó de que aún tenía que comprar los regalos para sus padres y su mejor-amigo-obviamente-algo-más y salió corriendo, despidiéndose rápidamente para no perder el poco tiempo que le quedaba.
- ¿No teníamos una cita pendiente, tú y yo? -le susurró el más alto al oído al mayor, aunque, sin dejarle contestar, le cogió la mano y dijo-: Vamos.

O-o-o-o-O

Después de una hora de pasear por el centro y disfrutar de las muchas decoraciones y actuaciones en vivo que se habían organizado en motivo de las vacaciones de Navidad, el móvil del menor empezó a sonar insistentemente, cortando la conversación que mantenían hasta entonces.
- Lo siento… -se disculpó Yuto, con una sonrisa nerviosa-. Moshi moshi… -contestó al teléfono con un tono más bien serio, por lo qué él sabía, podía ser algo importante (ni siquiera se había molestado en comprobar la identidad de quien le llamaba) pero poco después, sorprendió a Yama-chan con un grito-: ¡¿Qué?! ¿Raiya…? ¿Pero, cuando…? ¿Dónde? Vale, ahora voy… bye…
Cuando colgó el teléfono, su humor había cambiado de manera radical y su cara había empalidecido notablemente.
- ¿Qué pasa, Yuto-kun?
- Raiya… l-le golpeó un coche de camino a casa… L-lo siento, Yama-chan, tengo que ir a…
- ¿En qué hospital está?
- ¿Eh?
- Vamos… -le dijo, ofreciéndole la mano, el mayor-, ¿en qué hospital está?
- Yama-chan…

O-o-o-o-O

- Suerte que no fue nada, ¿verdad, Yuto-kun?
- Sí… -suspiró el más alto, aliviado-, me asustaron cuando hablaron de hacerle tantas pruebas… pero al final han sido sólo un par de moratones y unos pocos rasguños. En una semana estará como nuevo.
El mayor le sonrió, se alegraba de que el hermano menor del otro no tuviera nada grave, sabía lo mucho que Yuto quería a su hermano y podía imaginarse lo muy preocupado que habría estado el menor si al pequeño le hubiera pasado algo serio.
- Yama-chan… -dijo Yuto, sobresaltando a Ryosuke que estaba absorto en sus pensamientos. El mayor levantó la vista y el otro siguió, con las mejillas rosadas y cara de circunstancias-: Siento lo de hoy… se suponía que estábamos en una cita y…
- No pasa nada -murmuró el más bajo, sonriéndole-. Me alegro de que Raiya-kun esté bien -luego, tras mirar el reloj que había colgado en la pared (para acentuar la agónica espera de los pacientes, porque los médicos y las enfermeras son crueles, en el fondo), añadió-: Ya es tarde, debería marcharme hacia casa… mamá va a preocuparse, si no llego en un rato. Hasta el domingo, Yuto-kun.
- Espera. Déjame acompañarte, al menos, ¿no? Es lo mínimo que puedo hacer después de tenerte aquí esperando durante dos horas.
- N-no tienes por qué… -balbuceó el mayor, enrojeciendo por momentos-, ¿n-no sería mejor que te fueras a casa con tus padres y tu hermano?
- Nop, nada mejor que acompañarte a ti -sonrió el más alto, acomodándose la chaqueta que le había quedado desordenada por las vueltas que había hecho mientras esperaban los resultados de las pruebas de su hermano. Tras acabar con eso, le cogió la mano y murmuró-: Vamos…

O-o-o-o-O

Otra vez paseando por las calles de la ciudad, juntos, el más alto señalaba animadamente las decoraciones navideñas que estaban esparcidas por todos (o casi) los escaparates de la zona y arrastraba al mayor de un lado a otro para verlas más de cerca con su posado alegre usual.
Cuando se alejaron de la zona de tiendas y se adentraron en el barrio residencial donde vivía Yama-chan, Yuto dejó de comportarse como Chinen (le apasionaba la Navidad, no podía evitarlo) y empezó a hablar sobre cualquier cosa que le pasase por la cabeza.
Poco después, el tono de la conversación (casi monólogo porque el mayor no contestaba más que con monosílabos) fue decayendo y los dos chicos acabaron en silencio.

- Ne, Yama-chan… -empezó el más alto-, ¿quieres que quedemos mañana…? Ya sabes… para compensar lo de hoy y eso…
- ¿Mañana? -intentó asegurarse el mayor, el día siguiente era 24… lo que significaba…- ¿Estás seguro, Yuto-kun?
- ¿Eh?
- El 24 se supone que es para pasarlo junto a las personas más importantes para uno, ¿verdad?
- Es justo lo que estaba planeando hacer cuando te lo he preguntado -contestó el menor, haciendo sonrojar a Ryosuke cuando, con una sonrisa sincera, añadió-: No hay nada que me fuera a alegrar más el día a que tú aceptaras.

Natural Honey

Título: Natural Honey
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Pareja: YabuHika + InooDai (aunque este segundo quedó mucho más disimulado de lo que quería)
Género: Romance, Fluff, Humor (creo...)
Tipo: One-shot
Palabras: 982
Sumario: Daiki se ha enfadado con Hikaru y amenaza con no dejarle dormir... ahora, el bromista de los JUMP va a tener que descubrir qué fue lo que hizo y como solucionarlo...
Pedido por: mabelucome (en cuanto a lo de la box, pásame tu e-mail y te contaré como hacerlo ^^)
NA: Una idea muy rara que me vino mientras me duchaba... cuando vi el gel de baño xP y ni siquiera yo sé donde están... se supone que en un hotel, pero no sé muy bien por qué porque van a ensayar igual que siempre... ¬¬U supongo que estarán de gira... ensayando antes de los conciertos @-@?
NA2: Este fue el primero que pude acabar de los que me pedisteis... voy a esforzarme en los demás ^^


-¡Pervertido!
-¿Eh?
-Y luego dices de mí… pero Kei-chan y yo nunca nos hemos duchado juntos.
-Daiki… ¿a qué viene eso?
Pero el menor no contestó, demasiado ocupado en quejarse de lo injusto que había sido su amigo el otro día cuando le había llamado depravado porque le había visto contándole lo que habían hecho la noche anterior con su novio a Chinen; el mayor se había acercado rápidamente a él y le había tapado las orejas al más pequeño; aunque Daiki no sabía por qué, porque estaba seguro que Yuri sabía más de eso que ellos dos juntos, los adolescentes hoy en día…
Resignado porque sabía que Daiki no se lo iba a contar y decidido a obtener una respuesta, salió de su habitación, dejando al pingüino quejica que tenía por compañero de cuarto en ella, y se fue a buscar a alguien que pudiera explicarle lo que había pasado, que suponía que serían todos los demás ya que él se había ido antes de tiempo del ensayo porque la noche anterior no había dormido lo suficiente (no, malpensadas, eso no tiene nada que ver con Yabu) y le dolía la cabeza.
Se ahorró el trabajo de decidir a cual de sus compañeros de grupo preguntarle cuando casi choca contra Yuto, que salía de su cuarto, seguramente para ir a ver a Yama-chan o a Keito.
-Ah, Yuto…
-Hikaru-kun –le sonrió el más alto.
-¿Puedo preguntarte algo?
-¿Mh? Sí, claro –contestó el menor, con una sonrisa en los labios.
-¿Puedes decirme si ha pasado algo que haya hecho enfadar a Daiki después de irme yo del ensayo? Ha entrado en la habitación hecho una furia y no creo que sea muy seguro dormir con un pingüino furioso al lado de la cama…
Ambos rieron ante esa pequeña broma y, luego, Yuto contestó:
-Mmm… no sé… creo que no –el menor sonrió a modo de disculpa, pero entonces pareció recordar algo-: Ah, espera… no sé si será por eso, pero cuando ya habíamos acabado Yabu-kun dijo algo que hizo que Dai-chan soltara un ‘Qué’ gritando… Aunque no sé lo que dijo… estaba demasiado lejos… Lo siento –acabó el más alto, junto con otra sonrisa que demostraba que le gustaría poder ser de más ayuda.
-No te preocupes –le devolvió la sonrisa, a su turno, el bromista de los JUMP-. Gracias por tu ayuda~ Voy a ver si descubro lo que ha pasado para poder calmar al pingüino.
Después de eso, los dos chicos siguieron su camino.

Toc-toc.
-¿Quién…?
Sin siquiera dejarle acabar la frase, Hikaru entró en la habitación de su novio y su mejor amigo y se tumbó en una de las dos camas que había allí, soltando un bufido que hizo que los otros dos se giraran a mirarle.
-¿Qué pasa, Hikaru? –le preguntó Inoo, quien aún sostenía el libro que había estado leyendo hasta poco antes.
-Kou~ -se quejó el menor, dirigiéndose a su novio-, ¿qué le dijiste a Daiki?
-¿Eh? ¿Daiki? -preguntó el mayor, sin saber a qué venían esas palabras.
-No me va a dejar dormir, ese pingüino… Entró en la habitación, mencionó algo sobre una ducha y empezó a llamarme pervertido y ni siquiera sé por qué…
Al oír eso, Inoo empezó a reír, ganándose una mirada reprobadora de su mejor amigo.
-¡No te rías! -le gritó, intentado darle una patada sin moverse de la cama, por suerte para Inoo, la silla donde se encontraba sentado estaba fuera del alcance del menor-. ¡¿Qué te hace tanta gracia?!
-Nada…
-¡Kei…!
Mientras esos dos discutían, el mayor intentaba recordar qué podría haber dicho que hiciera enojar al menor entre los BEST.
-Vale, vale… es que Kota dijo que iba a ducharse contigo…
-¿Eh? ¿Ducharse… conmigo? -Hikaru pestañeó un par de veces antes de que su cerebro procesara la información recibida, cuando lo hizo, sus mejillas enrojecieron y exclamó, dirigiéndose a su novio-: ¡Kou! ¿Cómo pudiste decir eso? ¡Nosotros nunca…!
-¡Eso no fue lo que dije!
-Sí lo fue -se metió Inoo, realmente disfrutaba molestándoles.
-¡No! Yo dije que iba a ducharme con Hikaru…
-¿La diferencia? -interrogó el menor, antes de llegar a una conclusión por sí solo-. No puedo creerlo, Kou… ¿tienes a otro… Hikaru?
-¡No! ¿Cómo puedes pensar eso? -intentó defenderse el líder del grupo.
-Entonces, ¿por qué lo dijiste? –contestó el bromista, con lágrimas empezando a asomarse por sus ojos.
-Hika…
Cuando vio las lágrimas en los ojos de su mejor amigo, el pianista pensó que había de intervenir, esta vez para bien, y se acercó al mayor y le susurró al oído.
-Cuéntaselo…
-¿Por qué lo dijiste? –volvió a preguntar el menor de los chicos.
-Lo dije porque… sabes que hay una marca de gel de baño llamada Natural Honey, ¿no? –empezó Yabu, colocando su mano encima de la de su novio y mirándole a los ojos. Cuando el otro asintió, el mayor continuó-: Y sabes que yo lo uso, ¿verdad? –Kota volvió a esperar a que el menor asintiera para seguir-. Estaba pensando en ti… preguntándome si ya te sentías mejor, cuando Daiki preguntó que haríamos después. Entonces dije que iba a ducharme con Hikaru… porque tú eres naturalmente dulce… como la miel…
Al oír esto, Hikaru enrojeció y Kei no pudo hacer más que reír.
Acercándose a los otros dos, el pianista vio la tarjeta de la habitación que el menor compartía con su novio sobresaliendo del bolsillo trasero de los pantalones de Hikaru y alargó la mano para cogerla, pensando que sería mejor dejar un poco de intimidad a los otros dos.
-Hikaru me ha dicho que te has enfadado con él –dijo Inoo mientras entraba en la que iba a ser su habitación.
Cuando cerró la puerta y levantó la vista para encontrarse con que el menor se estaba cambiando, una idea apareció en su mente y una sonrisa pícara se grabó en sus labios.
Esta noche va a ser divertida

El mejor Regalo

Título: El mejor Regalo
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Pareja: YabuHika, si queréis alguna, pero hay muchas insinuadas por aquí ^^
Género: Amistad, Familia
Tipo: Drabble
Palabras: 413
Sumario: Hikaru descubre que hace mucho tiempo que ha conseguido lo que más anhelaba.
NA: Regalos de Reyes~ ^^ Jaja, la verdad es que no me han llevado nada este año (porque mis hermanas ya son mayores, la peque tiene 12 ya, y mi madre cree que es mejor usar las cosas tan pronto las compras), por eso he pensado en traeros yo a vosotras un par de ellos n.n
NA2: Esta idea se me ocurrió hoy, en la comida de Reyes que hicimos en casa de mi abuela, cuando me di cuenta de que había estado echando de menos encontrarme con toda mi familia (mejor no hablo de ello porque me voy a poner sentimental xD) porque sólo nos vemos todos 1 vez al año ^^ Espero que no lo encontréis muy raro, lo he escrito en menos de media hora y, teniendo en cuenta lo lenta que soy escribiendo, esto puede significar que no tendrá ningún sentido ^^


Pasadas casi todas las vacaciones, llenas de fiestas y momentos con la familia, lo único que Hikaru sentía que le faltaba era, por muy irónico que sonara, una buena cena familiar…
No es que no hubiera pasado tiempo con sus hermanos, padres, abuelos y primos durante esos días, pero, cuando habían ido con su novio a la casa de este y había visto en ambiente que allí se respiraba, algo le había recordado los momentos que solía pasar con su familia cuando él era pequeño. Memorias en las que él se sentaba en el regazo de su abuelo y sus primos escuchaban las historias que su hermano mayor les contaba, con los ojos brillantes y siempre expectantes para realizar alguna travesura que pudiera divertir, golpearon su mente cuando vio las interacciones entre los miembros de la familia de la persona a la que más quería. Por eso, cuando había ido a su propia casa y había visto que el aire se le hacía casi irrespirable allí, después de todo lo que habían pasado durante esos últimos años, se había dado cuenta de que el regalo que más quería y necesitaba esas vacaciones era una verdadera comida familiar.
Cuando, dos días antes de terminar las vacaciones, Kota le había dicho que Yama-chan pensaba organizar una cena el día siguiente para todos los miembros del grupo, había pensado que sería genial pasar un rato con sus amigos, y sólo pasárselo bien y olvidar sus preocupaciones. Pero, cuando finalmente se había encontrado allí, rodeado de sus compañeros de grupo y envuelto en mil y una charlas a la vez, sus sentimientos cambiaron de golpe. Mientras Daiki y Ryosuke se peleaban por la comida, Chii se la pasaba discutiendo con el menor de todos e Inoo disfrutaba charlando con Keito, y en pocos minutos todo cambiaba y Yama-chan dejaba que Yuto le diera pedazos de comida de su plato y Takaki empezaba a meterse con Yuri por fijarse tanto en Ryutaro, y, durante todo el rato, Kota le sonreía a él y los JUMP aprovechaban por hablar de cualquier tontería y reírse por todo. Entonces, Hikaru dejó de extrañar sentirse parte de su propia familia y se dio cuenta de que, sin siquiera enterarse, había entrado a formar parte de otra muy distinta, una que no creía que fuese a destrozarse pronto y que estaba formada por las personas a las que más quería, sus amigos. Y eso era, exactamente, el mejor regalo que pudiera haber recibido.