divendres, 25 de juny del 2010

Empezar de nuevo IV (a)

Título: Empezar de nuevo
Autora: Mari-chan (kaitovsheiji)
Género: Drama, Romance (Shounen-ai), Amistad...
Personajes: Hey!Say!BEST y, de momento, Chinen
Pareja(s): principal: YabuHika (Yabu Kota & Yaotome Hikaru) [y las demás estan por ver]
Tipo: Capitulado
Capítulo: 4a/?
Sumario: Hikaru y Yabu eran buenos amigos hasta que el primero cambió, se alejó de su mejor amigo y empezó a ignorarle. Ahora, después de seis años, han vuelto a juntarlos en la misma clase. ¿Volverán a hablarse? ¿Por qué Hikaru cambió de repente? ¿Se rendirá Yabu ante las negativas de este? y ¿Cuál es la razón por la que Inoo y Daiki están tan preocupados?

NA: Lo subo dividido en dos porque la parte de Hikaru es más larga esta vez, en cuanto la termine la subiré ^^


Pese y haberse propuesto hablar con Hikaru en cuanto lo viese, decirlo era mucho más fácil que hacerlo y tuvo que mentalizarse para conseguirlo.
Tuvo todo el domingo para hacerlo (bueno, a parte de realizar sus tareas y hacer los deberes… cosa que con su hermana rondando por ahí y molestando no era fácil) pero aún así cuando lo vio pasar por su lado, el lunes a primera hora, no pudo reaccionar a tiempo y tuvo que rendirse, pensando que ya tendría tiempo para hacerlo más tarde, pero aún así, aquél día no se atrevió en ninguna de las ocasiones que tuvo, que tampoco fueron muchas.
El martes al despertarse se prometió volver a intentarlo, pero, aunque lo vio por la mañana, sus amigos le llamaron y el otro se apresuró a reunirse con ellos. Después del recreo tuvo otra oportunidad y, de hecho, lo saludó, pero el otro estaba demasiado concentrado con el examen de biología, por lo que no le dio importancia, sabía que, desde que dejaron de hablarse, los exámenes y trabajos del colegio eran lo más importante para el otro.
El miércoles, sin embargo, pensando que el estrés ya se le habría pasado volvió a intentarlo… esta vez iba a conseguir que le contestara. Su “Buenos días” pasó desapercibido entre el ruido que hacían todos los estudiantes al cambiar de clase y el otro pasó de largo, como siempre. Luego, en clase de inglés, ni siquiera se atrevió a decirle nada, estaban demasiado ocupados con el trabajo.
El jueves se aseguró de que el otro pudiera oírle cuando lo saludara, por lo que se esperó hasta la hora del profesor White para hablarle, pero Hikaru lo ignoró. Se forzó a creer que, al igual que el día anterior, no había estado atento, concentrado en el concurso que les mandó el profesor que, por cierto, aquél día no estaba.
Después del fracaso que supusieron los cuatro días anteriores, Kota empezaba a desalentarse… en un principio no le había parecido tan difícil volver a hablar con su mejor amigo de la infancia, pero ahora se daba cuenta de que había sido el otro quien se había alejado de él, tan emocionado había estado con la perspectiva de volver a intercambiar palabras con él que lo había olvidado, por lo que ahora no estaba seguro de que el otro tuviera que contestarle por mucho que él intentara iniciar una conversación.
El viernes fue casi un infierno desde el principio. Se despertó cansado, después de darle vueltas el día anterior a su dilema con su antes mejor amigo había recordado que tenía muchos deberes, por lo que había terminado haciéndolos rápido y sin fijarse. Aún así, acabó muy tarde y cayó rendido tan pronto se tumbó.
Su hermana volvía a estar insoportable, su madre tuvo que salir de casa antes que él despertara y de su padre no sabía nada más a parte de que esa semana estaba en un viaje de negocios.
Yuya no fue al instituto ese día y las clases no hicieron más que empeorar su humor, el profesor Matsuoka volvió a pillarle distraído, aunque esa vez no fue por Hikaru, era que, simplemente, tenía demasiado sueño como para atender en clase de historia, y esa vez le cayó un castigo… “Genial… ahora tendré que venir el siguiente miércoles por la tarde… ¿es que mi día no puede ir a peor?” Al instante lamentó haber pensado eso, cuando vio a Hikaru darse la vuelta con una sonrisa en los labios… Ya estábamos, ¿volvía a burlarse de él?
Estaba harto de todo, pero el sueño lo mantuvo quieto en su sitio hasta la última hora, ni siguiera almorzó.
Clase de inglés y Mr.White volvía a faltar. Al parecer no había ningún otro profesor que pudiera substituirle esa hora por lo que la clase quedó sin vigilancia y casi todos los alumnos se pusieron el grupitos para hablar de lo que harían el fin de semana.
No le sorprendió que Hikaru, Inoo y Arioka se juntaran también. Lo que sí le extrañó fue que sacaran el trabajo que los había mantenido ocupados durante toda la semana y se empeñaran en perfeccionarlo, aún y haberlo supervisado hasta el límite para que mereciera un excelente. Le desconcertó aún más que los tres (más bien Arioka e Inoo) decidieran llamarle para que se uniera a ellos.
Mientras se dirigía a ellos, una idea apareció en su mente, conseguiría que Hikaru le hablase durante esa hora aunque fuera lo último que fuera a hacer (bueno, puede que no tanto… pero iba a esforzarse en eso).
-Hola -saludó al llegar donde estaban los otros tres.
-Buenos días -contestó Inoo, con una sonrisa en los labios.
-¿Qué tal? -respondió Arioka también sonriendo.
Hikaru no dijo nada y Kota no pudo evitar empezar a enfadarse. Durante la media hora que quedaba de clase, Kota no desistió, e intentó hacer que el otro hablara mediante comentarios que exigían respuesta, pero Hikaru no abrió la boca. Eso irritó aún más a Yabu que, cuando sonó el timbre y el otro se fue sin siquiera despedirse, se apresuró a recoger sus cosas y seguirle.
-¡Yaotome! -gritó para que su ex-mejor amigo se detuviera, cosa que Hikaru no hizo.
Viendo que el otro no se paraba, Kota aligeró el paso y se apresuró a ponerse poco detrás del otro. Entonces volvió a gritar.
-¡Yaotome!
Hikaru se paró y Kota se le acercó peligrosamente y le echó en cara todo lo que había estado rondándole la mente.
-¡¿Primero te burlas de mí y ahora me ignoras?!
El otro sólo le miró interrogante, a lo que él respondió:
-¡No te hagas el tonto, Yaotome!
Podía ver como el otro intentaba responder calmadamente, pero no lo dejó terminar, le aventó un puñetazo en la cara, cosa de la que inmediatamente se arrepintió. ¿Por qué había hecho eso?
Vio como Hikaru se recogía las cosas que se le habían caído, se levantaba y, antes de irse, le propinaba una mirada herida que le dolió más que si le hubiera devuelto el golpe.
Sólo pudo mirarlo mientras se alejaba y se culpó enseguida por haberse dejado llevar por el sueño y el estrés acumulados y haber pegado a Hikaru. Si antes albergaba alguna esperanza de que el otro lo perdonara, ahora se había desvanecido completamente.
“No puedes ser más idiota, Yabu Kota”

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